
Como la Shakira
Hay un problema, en la humanidad y es el desistir, el claudicar, renunciar,
desmotivarse, o desenfocarse del camino que uno toma, llámese este sueño,
proyecto, planes, decisiones familiares, personales o espirituales. Tendemos
a iniciar muy motivados un camino, y con el paso del tiempo, en búsqueda
de la meta, por la cual emprendemos el viaje, nos quedamos a medio
camino y fracasamos. ¿Cómo hacemos para que esto no suceda? Y podamos,
permanecer, perseverar y triunfar. Pues simple, seamos como la Shakira…
ciega, sorda y muda, como dice su canción. Ciegos, para no detenernos y
distraernos, en lo que hay alrededor, quiénes van delante, quiénes ya
fallaron. La carrera es solo tuya, deberías de ocuparte de ti, sin distraerte con
los demás, para no envidiar lo que ya alcanzaron y para no desanimarte,
cuando los veas que no lo logren. Sordos, para no escuchar aquellas voces,
que están fuera y dentro de ti, que en lugar de animarte, matan tu sueño, a
veces desde antes que inicies tu carrera, te desaniman: “esta difícil que lo
logres, yo no pude, no creo que vos lo hagas, no tienes lo que se necesita,
mira mi ejemplo mejor no te arriesgues. Es casi seguro que fracasarás.” Para
escuchar eso, mejor no oír, hazte sordo mi hermano, solo así no te desviarás
de tu plan. Hazte mudo, para no invertir tiempo en callar bocas, o discutir
con gente, que no entiende lo que portas, el sueño que cargas, la fe que
tienes en ti mismo para alcanzar lo que deseas. La biblia dice: “pero una cosa
hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que
está delante, prosigo a la meta…”. No mires a los lados, ni atrás, solo ve al
frente. Muchos no lo intentaron siquiera, porque vieron, oyeron y hablaron y
se desenfocaron.