
El Picasso más performativo protagoniza una muestra teatral en la Tate Modern de Londres
Londres, (EFE).
La faceta más performativa y dramática del genio malagueño de la pintura Pablo Picasso (1881-1973), protagoniza la nueva exposición con tintes teatrales que la Tate Modern de Londres inaugura este miércoles en torno a su colección de piezas del artista.
‘Teatro Picasso’ es el nombre con el que se ha bautizado esta exhibición que une obras de la colección propia de la Tate Modern con préstamos procedentes de museos como el Musée National Picasso-París de la capital francesa y que gira en torno a la conocida pintura ‘Los tres bailarines’ (1925), que actúa como eje conductor en su cien aniversario.

La instalación constituye “una respuesta artística a Picasso escenificando toda su colección de la Tate de una manera juguetona y provocativa”, explicó este lunes a EFE Rosalie Doubal, comisaria de arte internacional en la Tate Modern.
Picasso y la performatividad
El objetivo del español Enrique Fuenteblanca (Sevilla, 1996) junto al estadounidense Wu Tsang (Massachusetts, 1982), comisarios invitados, era la de “entender a Picasso desde la performatividad”, relató a EFE el sevillano.

Para ello, se ha instalado la colección -compuesta por más de 50 obras- tras un escenario similar al de un teatro del que el visitante da cuentas al llegar al final de la exhibición, donde se sitúan las obras más impactantes de la muestra.
“Nos interesaba no tanto una relación entre Picasso y el teatro, o Picasso y la danza, Picasso y lo popular, sino entender cómo estos elementos habían sido integrados en su propio modo de hacer”, aseveró Fuenteblanca.

‘La mujer que llora’ (1937) o ‘Mujer desnuda en sillón rojo’ (1918) son algunas de esas piezas destacadas con las que la Tate Modern quiere hacer reflexionar cómo la mirada de las audiencias contemporáneas en el mundo del arte ha sido construida y modelada.
Esa construcción se intuye “en su modo de pintar, en su modo de utilizar el cuerpo” así como “en su modo de construir la manera en que las audiencias miran sus cuadros y a la vez son mirados por ellos”.

Otra de las piezas más relevantes es el tapiz del minotauro que elaboró en 1935, y que se exhibe por primera vez en el Reino Unido procedente del Musée Picasso de Antibes.
Pintura, música y proyecciones
Pero esta mirada hacia la obra de Picasso no se limita al arte plástico. Dentro de la exposición, se pueden encontrar proyecciones tanto del propio artista como de sus obras y cómo éstas se van construyendo a través de los diferentes trazos con los que el malagueño dio impulso a su producción.

Una de ellas es la película ‘El misterio de Picasso’ que el cineasta francés Henri-George Clouzot filmó en 1956, y que se proyecta continuamente en una doble pantalla en el centro de la sala.
“También nos interesaba reflexionar sobre qué es la idea de coleccionar y cómo se venía a construir una colección como la de la Tate Modern. En ese sentido, se trataba de señalar cómo tensiona o cómo nos apela la obra de Picasso y la idea de seguir coleccionándolo y de seguir enseñando su obra de maneras diferentes a día de hoy”, añadió Fuenteblanca.

Además, ese escenario en el que finaliza la exposición cumplirá su función como enclave en el que se celebrarán veladas de música, con el flamenco como protagonista, y de teatro y ópera a través de una adaptación de la trágica obra ‘Carmen’ de Georges Bizet desde la perspectiva de Wu Tsang.
De esta forma, la Tate Modern, que celebra este año su 25 aniversario con una renovada visión de la producción de uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Miguel Salvatierra
